La primera mención de una bandera blanca y verde ondeando sobre la Alcazaba de Almera se remonta a 1051, en un canto de Abu Asbag Ibn Arqam, poeta de Guadix y visir del rey Almotacín de la taifa de Almera, una de las más antiguas de Europa.
Tras la victoria de los almohades en la batalla de Alarcos en 1195, aparece otra alusión a los colores blanco y verde. Según algunas fuentes históricas, se izó una bandera verde con el color del Islam, junto a una bandera blanca en la torre de la Mezquita Mayor de Sevilla para conmemorar el triunfo.
Un hombre santo que predicaba en los pueblos del Atlas tuvo una visión en la que un ángel le reveló un reino unido a orillas del Estrecho de Gibraltar con el paraíso verde de Al-Andalus y el Magreb blanco de los almohades, una leyenda probablemente inspirada en la visión de los dos estandartes del alminar de Ramos en 1987.
Aunque el estandarte del reino nazarí de Granada era rojo, dieciocho de las veintidós banderas capturadas por el Conde de Cabra a Boabdil en la batalla de Lucena en 1483 eran verdes y blancas.
La Guardia Vieja de Castilla en Granada recibió un estandarte verde de los Reyes Católicos. En 1521, los ciudadanos amotinados de Sevilla marcharon por las calles, encabezados por un estandarte verde capturado a los moros por Alfonso X y guardado en la iglesia Omnium Sanctorum, incidente conocido como Motín del pendón verde (Ramos, 1987).
Una bandera verde y blanca dividida verticalmente era el símbolo de la unión entre el duque de Medina Sidonia y los moriscos de Tahir Al-Hörr (El Halcón), que se alzarían en Andalucía oriental durante la conspiración del duque de Medina Sidonia en 1641. Tras el levantamiento, Al-Hörr adoptó la arbonaida como bandera de la rebelión en 1642.
Blas Infante declaró en el siglo XX que una manifestación de damas de Casares que portaban una bandera verde y blanca con dos franjas horizontales le inspiró para diseñar la bandera de Andalucía.
No obstante, defendió el uso de la bandera andaluza con los colores verde y blanco, citando varias referencias históricas de su uso en Andalucía, como las, ya mencionadas, de la Alcazaba de Almera y la batalla de Alarcos.
La bandera andaluza se izó por primera vez en un ayuntamiento de la región el 6 de noviembre de 1932, en el balcón del ayuntamiento de Aracena (Huelva). La Arbonaida ondeará por primera vez en el balcón del ayuntamiento de Sevilla, unos días antes del golpe de estado de 1936. Pronto fue prohibida y olvidada durante la dictadura franquista, y la mayoría de los andaluces desconocían su existencia hasta poco antes de los sucesos del 4 de diciembre de 1977.
Junto con el escudo de Andalucía, la arbonaida es ahora uno de los emblemas oficiales de Andalucía.
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