Apareció por primera vez a mediados de la década de 1970, poco después de la muerte de Francisco Franco, en un contexto de demandas generalizadas de autonomía en toda España.
Existen en diversas fuentes diversas variaciones o interpretaciones del significado de los colores de la bandera, así como de su autor, que sigue siendo desconocido a pesar de ser una bandera de reciente concepción. Cabe destacar que en los años 80 se había convertido en un emblema de identidad regional tan popular entre los extremeños que los artífices del Estatuto de Autonomía de 1983 no dudaron en incluirlo en sus disposiciones.
Esta combinación de colores se convirtió en la actual bandera de Extremadura, y los colores siguen teniendo significado hoy en día.
El verde representa la orden de los Caballeros de Alcántara, fundada en 1156. Organización religiosa militarizada fundada en la antigua España para proteger la fe en Dios y practicar el culto celestial. Esta organización sigue existiendo hoy en día aunque sin el componente militar para proteger las tradiciones católicas, como las fiestas de la iglesia, los retiros espirituales y ciertas tradiciones históricas y culturales.
La bandera de Extremadura, de color blanco, está asociada al estandarte de la Corona de León. Fue el Reino de León quien reconquistó este territorio, por lo que los extremeños quisieron rendir tributo a la tierra que, en cierto modo, les había redimido. Fueron estos gobernantes los que reintegraron a Extremadura en el Reino de Castilla. Por eso la bandera de Castilla y León lleva un león sobre fondo blanco.
Por último, se eligió el color negro porque era el color de la bandera de los monarcas Badajoz Aftasídas, responsables del establecimiento de un gran reino en Extremadura en el siglo XI. Este periodo fue una época dorada gracias a los enormes recursos literarios y artísticos de la región aportados por estos gobernantes.
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